Los inmensos telares de la literatura, extendidos ante mí, abiertos, palpitantes, cuando leo o escribo. Salvación única, tarea febril. Ser la lanzadera y el hilo, el ojo que mira y la mano que teje. Quedar convertido en instrumento, en tarea. Hacer de la vida un tapiz, porque la muerte no se merece la vida y no hay que reservársela. La literatura es al mismo tiempo el reino de la gran actividad. Todo en él está vivo porque todo está muerto. Cervantes y Proust no van a fallecer nunca.
(Mortal y rosa, Francisco Umbral)
Para Nicho.
Nota: Pocas cosas en este mundo hay como tomarse unas cañas en Madrid con Nicho, debería estar incluido en todas las rutas turísticas. Y si terminas hablando de Proust a las 2 de la mañana al lado de una despedida de soltera, pues mejor que mejor.
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2 comentarios:
PROTESTA
yo quiero también quiero quedar para tomar cañas y hablar de Proust.
joooooooooooooooooooooooooooo
Si no recuerdo mal, hablamos sobre todo de las insólitas aventuras del Pez en Nueva York, de la paciencia/impaciencia (aquí salió Proust, y hablamos algo de arte, bueno, yo escuchaba, el Pez hablaba, incluso de la rivalidad Umbral/Marías), de las frases perdidas, de la intuición de la verdad de los otros a través de su mirada, y mucho de Madrid, y de León algo, quizá se dijeron algunas ingeniosidades graciosas. Recuerdo haberme reído bastante. Etcétera. En fin, que con el Pez no hay aburrimiento posible, ni un momento de respiro siquiera.
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