Esta semana ha sido algo más corta de lo habitual, teniendo en cuenta que sólo he trabajado cuatro días. Por la tarde me he venido a mi ciudad natal, para estar cerca de nuestro querido R, que lucha por su vida. Cuando las dificultades son como una enorme montaña, no tiene sentido mirar al horizonte.
Bajar la vista y, paso a paso, intentar no tropezar: el camino se abrirá, más pronto o más tarde. Si intentamos alzar la vista antes de tiempo, ansiosos de saber cuanto camino nos queda, dañaremos la moral y con seguridad tropezaremos. En un intenso minuto hay más vida que en varios apáticos años.
- Doctor, ¿cuánto me queda de vida?
- ¿En qué sistema métrico quiere la respuesta? ¿besos y abrazos? ¿platos de comida? ¿caricias? ¿lágrimas? ¿llamadas sinceras? ¿oraciones? ¿conversaciones pendientes? ¿reflexiones satisfactorias? ¿ilusiones? ¿decepciones? ¿bolsas de suero? ¿recuerdos emocionantes? ¿mililitros de antibióticos? ¿risas? ¿número de personas pendientes de usted?
- Pero...
- Si me pregunta usted por el tiempo no tengo una respuesta
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1 comentario:
Oh, fechas que el bólido tiempo deja en su red, como referentes de una vida...
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