Me vengo a pasar el fin de semana a mi tierra leonesa, cuna del arte y del buen comer. Una "escapada de fin de semana", como lo denominan ahora las guías turísticas. Nada más llegar me han traído a casa unas patatas de Blas, histórico bar de las patatas picantes. Por la noche, una inspección a la marcha leonesa: descubro que el mercado hipotecario, al parecer, ha hecho mella en el bolsillo y no hay nada que merezca la pena.
Luego ya en casa, abro la maleta y, tachán, me he vuelto a dejar los gayumbos en Madrid. Esto empieza a convertirse en un clásico fetichista. Esta vez, ya sea porque Abercrobie no tiene tienda en León o lo que sea, me he tirado todo el fin de semana con los vaqueros sin nada debajo. Cosas que tiene el viajar con prisas.
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1 comentario:
También se me olvidaron una vez. Estuve todo el día pensando que los demás se darían cuenta y que por esta razón me considerarían un pervertido. No hacía más que fantasear con la posibilidad de que alguien me bajara los pantalones...desde entonces me los he puesto todos los días, ya que al cabo de las horas empecé a darme cuenta de mis deseos exhibicionistas.
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