"Oye. Resulta señor, que R está enfermo; ya lo sabes. Sus amigos tienen el corazón encogido porque la diagnosis de los médicos no es nada buena. Ya sé también lo que me vas a decir: que es la voluntad del Padre. No digo nada. Pero no me digas que la voluntad del Padre no puede cambiar. Porque estoy convencido de que en ocasiones puede cambiar sin que eso signifique limitación de su sabiduría o poder. ¿O es que cuando sanabas un enfermo no movías tú mismo esa voluntad? O cuando las bodas de Caná ¿no cambió tu mamá tu decisión de no interferir en asunto ramplón por doméstico?
–No tienen vino –dijo ella con delicadeza sin pedir nada.
-Pues que beban agua - podrías haber dicho.
Digamos que tu milagro no era necesario y sin embargo cambiaste la voluntad del padre. Así que ahora, señor, no me digas que debemos acatar la voluntad del padre porque no se lo pedimos al padre sino a ti. R dirá que es una barbaridad que lo pidamos así. Ya sabes que ha sido siempre el primero en acatarla y en repetir tus palabras: “Hay que aceptar su voluntad” Pero nosotros aceptamos esa voluntad de antemano y te decimos a ti, no al padre, te decimos: -Aparta de todos nosotros ese cáliz si quieres. Pero quiere, por favor. No dejes que se vaya el mejor de nosotros, porque, ahora precisamente, lo necesitamos más que nunca. Total, porque una vez más cambies un poco ese destino escrito en la mente de Dios, no creo que él se moleste y menos contigo que la cumpliste (si es cierto que fue así como lo cuentan tus biógrafos) en la forma terrible que dispuso para ti. Pues si tú hiciste su voluntad siempre, nuestro amigo hizo la tuya, eso ya lo sabes. Y está dispuesto. Los que no lo estamos somos nosotros porque lo necesitamos, especialmente yo que ando, como sabes, tanteando en los límites y no encuentro luz. No me dejes, no nos dejes ahora en la estacada llevándotelo. Dile a tu padre que un día estará con él para siempre, pero ahora lo necesitamos nosotros. Hazme caso, señor. Si quieres haz que parezca habilidad de los médicos, pero no te lo lleves hasta tanto andemos todos un poco más encarrilados, con su manera ejemplar de mirar las cosas.
Si no te importa lo voy a mandar por Correo Electrónico, pidiendo a mis amigos que lo pasen. Pero tú piénsatelo ya, aunque no sea más que por esta vez. De verdad, créetelo porque nosotros necesitamos que lo creas y si lo consideras bueno, mueve un poquito la voluntad de tu padre. ¡Por favor!
(Oración escrita por V.I., recibida por el pez el día 8 de Enero y publicada hoy que las cosas parecen estar peor que nunca.)
AMÉN
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