(MY STREET IN THE MIDDLE OF AUGUST)Parece que pasan los años muy deprisa. Ya está de nuevo aquí este febrero bendito. Pasan los años sí, y miro un poco hacia atrás y veo que cada vez escribo menos. Bueno, cada vez pienso menos. Todo pasa demasiado deprisa. El tiempo vuela alrededor. A veces creo que ya se me ha olvidado que éste es mi hobby favorito. A veces, creo, que se me está olvidando escribir.
Por eso me sorprendo tanto con
Nicho, él cada vez es más joven. Cada vez piensa más, cada día el tiempo pasa a su alrededor más despacio. En ese afán de encontrar su final lírico, todo se alarga, todo se extiende. Me lo imagino a diario saliendo a la calle en busca de rincones líricos en los que morir, pero gracias a Dios no los encuentra.
El tiempo pasa deprisa y este mes cumpliré 35. Exactamente 12.783 días. Mucho tiempo para pasear por la calle buscando, como Nicho, lugares líricos en los que tener un final. Y yo, seguramente, terminaré asfixiado por el cable del iPod en una siesta dominguera.
Nota: Mi calle en Agosto puede ser también un lugar lírico.